viernes, 31 de octubre de 2008

Reforma y refundación de la Organización de Naciones Unidas


Está muy bien que las instituciones aporten al fisco en proporción a los beneficios resultantes… ya que si estas organizaciones obtienen recursos reales más allá de lo que estrictamente necesitan para asegurar su propia vida jurídica, y para asegurar sus muy necesarias y variadas prestaciones, reinversiones, y amortizaciones… por lógica es por cierto éticamente y socialmente conveniente que ellas así realicen su particular contribución en beneficio del funcionamiento social, y en beneficio del mejor pasar y de la mayor felicidad de los residentes en el país en cuestión…

Por cierto que también está muy bien que las diferentes personas físicas aporten al fisco en proporción a sus ingresos y en proporción a sus efectivas disponibilidades… ya que en una colectividad humana en la que todos son muy interdependientes unos de otros, es sumamente correcto y conveniente que allí se apliquen principios de solidaridad y equidad…

Pero… ¿qué es lo que debe pasar con los diferentes países?…

¿También ellos deberían apoyarse mutuamente de alguna manera y en algún sentido?…

¿También entre ellos deberían existir ciertas transferencias dinerarias establecidas ellas a través de procedimientos formales y estrictos, y parecidas ellas a lo que hoy día y a los distintos niveles nacionales llamamos impuestos y tasas?…

¿También los diferentes países deberían obligatoriamente contribuir en pro del bien común de todos los habitantes de este planeta, y en pro de un más equilibrado y justo desarrollo económico y social en las diferentes regiones y en los diferentes continentes?…

Las colectividades humanas integrantes o pertenecientes a un particular y determinado país, indudablemente se benefician del ordenamiento y de las infraestructuras físicas y logísticas que allí se les brindan, y por cierto las desigualdades de oportunidades y de posibilidades de un país a otro son ellas obviamente notorias e importantes…

Las desigualdades y los desequilibrios recién señalados entre diferentes países pueden llegar a ser ellos de gran envergadura cuantitativa y cualitativa, por lo que la solución o la atenuación de los mismos, por cierto no puede quedar solamente al arbitrio y al amparo de la sensibilidad y de la buena voluntad de los países poderosos, y de los técnicos y asesores que circunstancialmente se encuentren de turno en los organismos internacionales…

Los países débiles… los países con carencias estructurales… los países con un menor desarrollo socioproductivo relativo… los países que hoy día eufemísticamente llamamos dependientes, o en vías de desarrollo, o del Tercer Mundo, de una manera o de otra deberían ser apoyados para su más seguro y más afianzado progreso, para su más seguro y más afianzado desarrollo económico y social…

Y en relación a este asunto, por cierto que la cooperación internacional manifiesta ciertas e importantes limitantes en la concretización de sus propios objetivos… especialmente cuando la misma se hace voluntaria, discrecional, y no formal… y especialmente cuando los recursos que se emplean son a todas luces escasos y/o inadecuados…

Por lo tanto… sería sumamente conveniente y ventajoso crear a nivel internacional algún mecanismo formal y estricto que asegure los necesarios y oportunos recursos en niveles acordes a la magnitud de los problemas a resolver…

Y en nuestra opinión… y desde nuestro modesto punto de vista… dicho mecanismo por cierto debería incluir el uso de una verdadera moneda internacional, destinada ella a articular los intercambios entre los distintos países del mundo, y cuya tenencia y propiedad sólo fuera permitida a dichos países y a los organismos internacionales…

Y en nuestra opinión… y desde nuestro modesto punto de vista… dicho mecanismo por cierto también debería incluir la constitución de un verdadero Gobierno Mundial, que tuviera competencias y medios muchos más amplios que los que hoy día tienen las Naciones Unidas…

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