martes, 14 de octubre de 2008

El capital y la globalización


Sin duda el capital se ha globalizado, se ha mundializado, y cada vez con más frecuencia atraviesa fronteras…

El capital transnacional ciertamente ya no queda satisfecho en solamente vender productos y servicios a los países dependientes, y/o en colocar en ellos sus excedentes productivos y sus existencias financieras ociosas… Y ciertamente ya tampoco queda satisfecho en continuadamente prestar dinero a los llamados países dependientes o periféricos, cobrándoles luego intereses y amortizaciones, y de hecho estableciendo así una perniciosa calesita financiera (muy perniciosa para los deudores, y muy beneficiosa para los acreedores)…

Ahora también el capital transnacional se instala directamente en los países dependientes, en los países del llamado Tercer Mundo, para allí vender servicios localmente en esos mercados, y también para desde allí producir materias primas y productos elaborados para el mercado local y/o para el mercado mundial…

Dependiendo de los casos y de los países, ello se hace en forma ordenada o en forma desordenada, a veces dejando razonables beneficios en las regiones anfitrionas, y a veces allí no dejando casi nada, o lo que es peor, a veces allí dejando problemas en cuanto a deterioro de rutas, contaminación, desertificación, enfermedades profesionales, basura, etcétera, etcétera, etcétera…

Véase que quienes conocen bien los distintos negocios, pocas veces se equivocan, pues conocen la materia, tienen experiencia, además tienen datos fiables, pueden hacer proyecciones y modelos, etcétera, etcétera, y si se equivocan siempre tienen la opción de retirarse, de dar quiebra, de vender o revender su negocio, etcétera, etcétera…

Del otro lado están los administradores estatales, así como los políticos y los asesores técnicos de los políticos, quienes naturalmente tienen menos información que las grandes empresas, y quienes a veces se dejan corromper… Y por cierto, los administradores y los políticos a veces se dejan corromper con demasiada facilidad…

Pero además, aún cuando quienes toman las decisiones y quienes controlan sean todos muy honestos, sin duda aún así ellos no siempre tienen todos los datos a la vista, y así claramente sus decisiones y resoluciones no siempre son las más adecuadas…

Véase qué contrasentido… En ciertos ámbitos se sospecha que se pagaron peajes ilegales o coimas, pero finalmente ello puede probarse en muy pocos casos… Además, independientemente de este factor, los números son tan complejos y la información está tan dividida, que casi nunca se sabe con certeza si son razonables las ganancias de un determinado emprendimiento foráneo en suelo nacional, o si por el contrario ellas son exageradas… Poco se sabe también si localmente se dejan muy escasos beneficios, o beneficios razonables en cuanto a impuestos pagados y empleos directos e indirectos… Poco se sabe también sobre los daños provocados al medio ambiente por ciertos emprendimientos industriales, porque algunos datos se esconden, porque las evaluaciones son complejas, porque los efectos son frecuentemente acumulativos y se ven sólo en el largo plazo, porque las opiniones de los propios técnicos ambientalistas en muchos casos están divididas, etcétera, etcétera…

En todos estos asuntos hay demasiados contrasentidos…

En todos estos asuntos hay demasiadas confusiones… hay demasiados deslices… hay demasiadas incertidumbres y sombras…

¿Y qué podemos hacer? ¿En qué debemos cambiar?

En nuestra opinión, hay que comenzar por poner la casa en orden, hay que comenzar por poner orden en la economía y en las finanzas…

Y ello bien podríamos lograrlo de una manera cómoda y relativamente rápida, cambiando la naturaleza de ese instrumento al que llamamos dinero…

Y ello bien podríamos lograrlo de una manera cómoda y rápida, sustituyendo las actuales monedas innominadas y con base material, por monedas todas ellas escriturales y virtuales, por monedas todas ellas telemáticas y autoexplicativas respecto de las transacciones realizadas…

¿Si para ganar dinero, si para obtener beneficios, hay que ocultar información y/o hay que mentir a diestra y a siniestra, a dónde iríamos a parar?…

¿A quién le puede molestar que haya información cristalina y generalizada sobre la real marcha de la economía y de los negocios, a niveles particulares e individuales y aún a nivel estadístico?…

Bueno, a decir verdad hoy día hay muchas empresas y muchas personas que necesitan y desean que la información no sea cristalina e inmediata, y entre ellos ciertamente están los especuladores, los corruptos, los que dan coimas y los que se dejan coimear, los informales, los defraudadores y estafadores, los narcotraficantes y los consumidores de sustancias adictivas, los ilegales, los ladrones y los reducidores, los contrabandistas, los proxenetas, los encubridores, los traficantes, los que trafican con influencias, etcétera, etcétera, etcétera…

Las instituciones y las personas que integran la larga lista que viene de ser enumerada, con toda certeza se han acostumbrado a desplegar estrategias de supervivencia que les permiten obtener beneficios que en sentido estricto exceden los aportes productivos que ellas realizan a la sociedad… Y estos desvíos por cierto indeseables desde el punto de vista del interés general, no son intrínsecos e inseparables ni de la convivencia social ni del modo capitalista de producción, sino que se derivan de las lagunas y de las falencias que se dan en la actual estructuración financiera…

Lo que corresponde hacer por tanto es cambiar la aplicada estructura financiera tanto en el nivel internacional como en los distintos niveles nacionales, de forma de dificultar o impedir los señalados desvíos… Y ello es perfectamente posible si logramos obtener una información mucho más detallada y cristalina sobre la marcha de la economía y de los negocios, por vía de la utilización generalizada de monedas nominativas y digitales, por vía de la utilización generalizada de dinero telemático…

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